martes, 30 de diciembre de 2008

Oráculos de piel

Detente sombra del cenegal del delirio
sofocada en las hebras del sueño
mientras se filtra la aurora de puntillas
y vibra el silencio temerario
en un gemido de aves sin descanso
Ha pasado la sombra
y tu nombre cubrió la distancia
de caricias derruidas
busco atrapar tu cuerpo
petrificado de olvido
inaccesible en el tiempo
fugaz en tu piel de otoño
¿De quién es esta sombra?...
persigo tus pasos de gato nocturno
en la semipenumbra cubierta de hojas secas
y esta ansiedad que penetra
en esos árboles quietos
llenos de días perdidos
La sombra me abraza
y se razga en el recuerdo
del último verano
de ese beso salvaje que enredó mi boca
cual una enredadera
de huellas sin retorno
Por hallarte, soy pobre mortal que busca respuesta
en oráculos de piel.

olimpa bracho

Arcanos de papel

Se me fue tu presencia
de tarde gris y alas de pájaro
no se que hacer con este dolor
de espejos rotos y huesos inertes
apegada a tus pasos
husmeando ese silencio congelado
sin término, ni espacio
que embarga tu recuerdo
¿Que me dejaste?
las caricias selladas de ternura
los beso de carne cercenada
albergados en murmullos de hojas
y sonrisas de vidrio y dagas invisibles
¿Que te llevaste?
los vestigios de luna de esas noches errantes
esas cartas escritas con despojos de letras
mi pasión de loba hambrienta deshojada en tus manos
y te fuiste...
tarde gris, alas de pájaro
ángel atrapado en arcanos de papel...

olimpa bracho

Silencio acorralado

A veces el silencio
me habla con voz de espuma ausente
y señala caminos, mientras crea tu imagen
en los reflejos de manantiales rotos
y ese espacio deshabitado
para la noche y el delirio
hendido en mil atmósferas sin sueño
¿Tiene grietas tu silencio
para escapar de mis ansias?
albergo la esperanza inmutable
breve designio desdoblado
en las alas de una mariposa nocturna
A veces el silencio
es precipicio de tu cuerpo
de ese tienpo vibrando a contraluz
naciente en tu mirada
rodando hacia tu deseo tridimensional
donde las polillas y el polvo
despiertan la melancolía y a las arañas de la soledad
A veces el silencio es bestia herida
bebiéndose tus huellas, detenidas de ausencia
silencio acoralado...

olimpa bracho