Detente sombra del cenegal del delirio
sofocada en las hebras del sueño
mientras se filtra la aurora de puntillas
y vibra el silencio temerario
en un gemido de aves sin descanso
Ha pasado la sombra
y tu nombre cubrió la distancia
de caricias derruidas
busco atrapar tu cuerpo
petrificado de olvido
inaccesible en el tiempo
fugaz en tu piel de otoño
¿De quién es esta sombra?...
persigo tus pasos de gato nocturno
en la semipenumbra cubierta de hojas secas
y esta ansiedad que penetra
en esos árboles quietos
llenos de días perdidos
La sombra me abraza
y se razga en el recuerdo
del último verano
de ese beso salvaje que enredó mi boca
cual una enredadera
de huellas sin retorno
Por hallarte, soy pobre mortal que busca respuesta
en oráculos de piel.
olimpa bracho
martes, 30 de diciembre de 2008
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