jueves, 20 de marzo de 2008

Para soñar basta tu noche

para soñar contigo solo basta tu noche
crisálida durmiente con aroma de gardenia
paseo por tus rincones habitados por duendes
que sacian sus deseos en orgías dispersas
en un momento ajeno de locura inmediata
me lanzo al vacío de tus huellas
y caigo en un poro abierto de tu piel
para seguir soñando con tu cuerpo de fogoso jengibre
y poder amarnos en un suspiro del viento
cual alondra solitaria que se anida temerosa
en la húmeda geometría de tu pecho
busco ser participe de tu placer fugitivo
y hallo tu cuerpo gravitando con el mío
para llenar la noche de líquidas fantasías
mientras el universo se enciende en tu mirada
y yo me quedo envuelta en tu prepucio
envilecida con tu savia
descifando ese acertijo de mil frases
que acrisola tu imagen
en llamaradas de arco iris
Para soñar contigo solo basta tu noche
encrucijada saturada de penumbras
eres genio impregnado en retazos de lujuria
que penetras el recodo febril de mis ganas
y me invita a soñar en tu noche infinita

OLIMPA BRACHO

Abismo y gloria

Me envuelvo en un silencio
de páginas rotas y lágrimas guardadas
en criptas fracturadas
camino por un prado de rosas marchitas
sobreviviendo en horizontes estáticos
calcinando el recuerdo de tus manos
que recorren mi silueta sonámbula
dúos de arañas nocturnas
a través de mi cuerpo
en un frenético enlace de gemidos entrecortados
te siento en el silencio
y palpo la esencia de tus labios
saturando la memoria
de esos días ebrios de lejanía
en el que decías mi nombre
mientras clamabas a las estrellas
para rozar el epicentro del sol con un suspiro
Todo se hace arena entre mis dedos
y amanezco perdida en milenios sin términos
mis pasos bordean el abismo sediendo de tu boca
para disolver el éxtasis pleno
que me das en cada beso
y me entrego
sin mediar el riesgo de caer
en la gloria de tu abismo
o en el abismo de tu gloria
nada importa
solo tu cuerpo y mi cuerpo
cubierto de arreboles de caricias
en paraiso de delirios
cual reto insaciable a la imaginación
en un duelo de sombras danzantes
¿Que importa la muerte?
si al final estás tú
para enseñarme a contar las estrellas...

MARIA OLIMPA BRACHO