Me envuelvo en un silencio
de páginas rotas y lágrimas guardadas
en criptas fracturadas
camino por un prado de rosas marchitas
sobreviviendo en horizontes estáticos
calcinando el recuerdo de tus manos
que recorren mi silueta sonámbula
dúos de arañas nocturnas
a través de mi cuerpo
en un frenético enlace de gemidos entrecortados
te siento en el silencio
y palpo la esencia de tus labios
saturando la memoria
de esos días ebrios de lejanía
en el que decías mi nombre
mientras clamabas a las estrellas
para rozar el epicentro del sol con un suspiro
Todo se hace arena entre mis dedos
y amanezco perdida en milenios sin términos
mis pasos bordean el abismo sediendo de tu boca
para disolver el éxtasis pleno
que me das en cada beso
y me entrego
sin mediar el riesgo de caer
en la gloria de tu abismo
o en el abismo de tu gloria
nada importa
solo tu cuerpo y mi cuerpo
cubierto de arreboles de caricias
en paraiso de delirios
cual reto insaciable a la imaginación
en un duelo de sombras danzantes
¿Que importa la muerte?
si al final estás tú
para enseñarme a contar las estrellas...
MARIA OLIMPA BRACHO
jueves, 20 de marzo de 2008
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